En 1° Persona: Defendemos Nuestras Comunidades Educativas

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10 nov 20


Desde hace muchos años, en el Barrio “La Cariñosa” viven más de 500 familias. Hace un tiempo desalojaron a muchas de ellas y ahora intentan ir por más... Docentes de las Escuelas cercanas al barrio nos cuentan en 1° persona cómo viven esta situación.

#DefendemosNuestrasComunidadesEducativas 💪🏼😊

📝 Escribe Mónica Nicoletti, Docente de la Escuela N° 154 “Julio Bello”.

NOS FALTA UN ESTUDIANTE.

En nuestra constitución el derecho a la vivienda digna está consignado en el Art. 14 Bis y tratados internacionales como derecho humano.

Corría el año 2007 y un grupo de chicos “del gaucho” de séptimo grado, pintaban un mural del Guernica en el patio de la escuela. Enorme, tanto el mural como el entusiasmo de estos pibes. De repente se vino el fin de curso, el acto, los egresados y los pibes siguieron pintando en el patio todos los días desde las ocho de la mañana, que nos esperaban en la puerta de la escuela a su maestra Gracielita y a mí.

Ellos encontraron en la pintura, y en especial en la carga simbólica de las imágenes del Guernica, ese tipo de identificación subjetiva con la obra y, en este caso, con carácter identitario grupal.

El Guernica les pertenecía, era un pedazo de su propio yo, un pedazo de su historia, de sus vivencias, de su paso por tantos años en la escuela y un símbolo de un barrio que siempre lucha.

Todas las mañanas los chicos iban a buscar a Marquitos, que era de esos alumnos que sobrepasan las expectativas de un docente de arte por su manejo espacial y por su gran capacidad casi natural para dibujar y componer, donde se ponía en juego el valor y la preponderancia de los tintes y el color.

Marquitos un día la trajo a su mamá a ver su obra, estaba orgulloso, tanto es así que al notar su interés me involucré tratando de buscar una beca para que pudiese seguir estudiando. Recuerdo haber interceptado a Mónica Fein, ex intendeta de Rosario, en la inauguración de los murales del querido Negro Gómez para comprometerla en la beca de nuestro pibe artista plástico.

La mamá de Marcos alcanzó a decirme que no tenían dinero para pagar el transporte a la escuela secundaria. Más tarde me enteré que los días en el barrio estaban contados.

Una mañana de enero iba para la escuela y vi claramente debajo del puente de circunvalación y avellaneda una topadora. Estaban desalojando las viviendas del asentamiento debajo del puente, para abrir la subida a circunvalación. Allí vivía Marcos, allí todos los días los chicos lo iban a buscar para ir a pintar.

Nosotras como docentes conocemos muy bien el barrio, sabemos que los chicos no tienen baño o tienen uno que comparten con otras familias, sabemos que se inundan, sabemos que tampoco hay agua. La Escuela Julio Bello siempre fue un refugio para la pibada y sus familias, gracias al compromiso de todas las docentes que transitamos esa maravillosa y mágica escuela.

Los chicos generan verdadera pertenencia a la escuela que pasa a ser el centro de la actividad social del barrio.

Lo cierto es que, por mucho que estos estudiantes se esmeren, se encuentran sujetos a los avatares de las amenazas de desalojo, la falta de trabajo, la segregación social y la exclusión por parte del Estado.

Hasta donde sé, Marcos y su familia, no fueron reubicados por el Estado, que es lo que hubiese correspondido. Luego perdí el trabajo, por arbitrariedades de cambio de decreto de carrera docente; lo cierto es que perdí el rastro.

Una familia de “La Cariñosa” tiene tanto valor como una del centro de la ciudad. Un adolescente de “la Cariñosa” es tanto o más talentoso que uno que tiene todo lo que se le ocurre con solo pedirlo a sus padres. Estamos hablando de desigualdad social, de nunca poder cerrar la brecha enorme entre ricos y pobres. Pareciera ese destino nefasto que predijo el repudiable ex Ministro de Educación, dueño de la frase de “vivir en la incertidumbre”.

Nuevamente la comunidad de La Cariñosa se ve amenazada con un nuevo desalojo y las familias diezmadas, sin reubicación. Y los chicos sin escolaridad y sin la posibilidad de poder saltar la brecha.

Lxs compañerxs nos solidarizamos con todas las familias de la cariñosa en el reclamo por el derecho a una vivienda digna, que debe ser garantizada por el Estado. Es una deuda que la ciudad tiene con estas familias desde hace más de una década, deuda que debe ser saldada de una vez por toda en favor de los menos favorecidos, para que puedan tener real igualdad de condiciones. La vivienda digna es un derecho humano y garantiza por carácter transitivo el derecho a la movilidad social ascendente por medio de la educación y la consiguiente calificación para el desempeño laboral. Pensemos en el futuro de nuestrxs niñxs y adolescentes.

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